miércoles, 30 de julio de 2008

Mi alma perdida

- …¿Por qué te ríes?

- ¿Y por qué no me iba a reír?

- Porque estas diciendo algo bonito.

- Cómo no voy a reírme de algo que estoy diciendo. Porque aunque a ti te parezca bello, a mi me está desgarrando por dentro. Me araña el alma como si estuviera hecha de tela. Y reír me hace parar de pensar.

- ¿Y por qué me sueltas esto ahora?

- Me estabas preguntando qué me pasaba. Pues eso me pasa.

- ¿El qué?

- Ya no sé cómo decírtelo… Que estoy harto de pensar en mi vida sin ti. En esa vida que aborrezco. Y desearía tener el coraje de reconocer que lo que necesito es la vida que comienza contigo, que comenzó contigo.

(…)

- Ahora estás llorando. Me tienes confundida.

- Lo sé. Entiéndeme. De esa manera con la que siempre me has entendido.

- Te amo. Te quiero. Y te necesito. Andábamos perdidos y nos encontramos… Aquí estoy y estaré. Estoy con tus lágrimas. Y estaré cuando comprendas que nacimos el uno para el otro.

- Gracias.

1 comentario:

Soledad Burgos dijo...

diablos,,,no recordaba esa mezcla de llanto y risa..
un beso