lunes, 14 de julio de 2008

Héroes I - David Purley

Sólo participó en 11 Grandes Premios de Fórmula 1, en los que no consiguió sumar un solo punto. Sin embargo, el nombre de David Purley aún resuena como una de las grandes leyendas de la competición. Su vida estuvo repleta de experiencias donde la supervivencia se hacía impensable, incluso imposible.

Nacido en West Sussex, Inglaterra, en 1945, hijo de familia adinerada, sirvió como paracaidista de élite en Aden, tras haber salido casi ileso de un fallo en su paracaídas durante los entrenamientos.

Después del ejército, se interesa por el automovilismo a partir de 1972, participando en la Fórmula 3. Competiría con su propia escudería, LEC, patrocinada por la cadena de refrigeradores propiedad de su familia. Tras varios saltos de categorías, probando la F2 o la Fórmula 3000, retornaría en 1977 al más alto nivel para disputar el G.P. de Inglaterra, en cuyos entrenamientos sufrió un impacto contra un muro a 173 km/h, debido a que el pedal del acelerador se atascó.

El monoplaza se detuvo completamente en tan solo 66 centímetros… sin fibra de carbono, ni chasis irrompible, ni barreras de contención, Purley sobrevivió a una fuerza estimada de 179,8 G. Pese a las graves lesiones internas, múltiples fracturas e incluso a tres paradas del corazón, volvería a la carrera un año después. El LEC destrozado se conserva en el museo del circuito de Donington Park.


Sin embargo, el hecho por el cual será más recordado sucedió en el G.P. de Holanda de 1973.

Corriendo en la 13º posición, Roger Williamson, piloto de March y amigo personal de Purley, revienta un neumático en la curva más rápida del circuito, lo que provoca un vuelco del vehículo, que es arrastrado más de 200 metros, y que se incendie el combustible por el roce con el suelo.

Williamson sigue vivo y consciente tras del choque contra las barreras de protección; y David Purley, oyendo los gritos de su compañero, detiene el coche, sale de la competición y corre en su auxilio, intentando darle la vuelta el vehículo siniestrado y apagar las llamas.


Pese a su esfuerzo y el de los comisarios de carrera, mal entrenados y peor equipados, o el del público que intentó saltar a la pista, Williamson moriría asfixiado y consumido por el fuego ante la desesperación de su amigo, que le oía gritar "Por el amor de Dios, David, sácame de aquí".

Los comisarios terminaron por echarlo del lugar del accidente.


Se dice que Purley se sentó en un costado del circuito a llorar.



Años después, en 1985, él mismo moriría en un accidente deportivo, cuando interesado en la competición aérea acrobática, se estrellaría con su biplano Pitts Special frente a las costas que lo vieron nacer, en West Sussex.







-El traje de los comisarios de carrera no era ignífugo, por lo que sólo podían esperar a que llegase el camión de bomberos. Tras apagar las llamas, se limitaron a colocar un manto blanco sobre los restos del coche.

-Los espectadores que, ante la pasividad de los comisarios, intentaron saltar las vallas de seguridad y ayudar, fueron detenidos el personal de seguridad, que empleó perros.

-Muchos creyeron que Purley estaba intentando salvar su propio coche incendiado, lo que explica que la carrera continuase con total normalidad.

-David Purley sería galardonado con la George Medal, por su “acto de extremo valor”.

-Las fotografías del incidente, tomadas por Cor Mooji, obtuvieron el premio World Press Photo de ese año.




Se lo dedico a Chema, porque sé que le gustan estas historias.

2 comentarios:

.... dijo...

Gracias....

Gracias por estar ahi y leerme....

*

Chema de Aquino dijo...

me ha gustado no, me ha encantado.....pero es escalofriante.....me tranquiliza saber que haya personas en el mundo que se jugarían su propia vida por salvar la de un amigo.