miércoles, 30 de julio de 2008

Mi alma perdida

- …¿Por qué te ríes?

- ¿Y por qué no me iba a reír?

- Porque estas diciendo algo bonito.

- Cómo no voy a reírme de algo que estoy diciendo. Porque aunque a ti te parezca bello, a mi me está desgarrando por dentro. Me araña el alma como si estuviera hecha de tela. Y reír me hace parar de pensar.

- ¿Y por qué me sueltas esto ahora?

- Me estabas preguntando qué me pasaba. Pues eso me pasa.

- ¿El qué?

- Ya no sé cómo decírtelo… Que estoy harto de pensar en mi vida sin ti. En esa vida que aborrezco. Y desearía tener el coraje de reconocer que lo que necesito es la vida que comienza contigo, que comenzó contigo.

(…)

- Ahora estás llorando. Me tienes confundida.

- Lo sé. Entiéndeme. De esa manera con la que siempre me has entendido.

- Te amo. Te quiero. Y te necesito. Andábamos perdidos y nos encontramos… Aquí estoy y estaré. Estoy con tus lágrimas. Y estaré cuando comprendas que nacimos el uno para el otro.

- Gracias.

lunes, 28 de julio de 2008

Buscaba confianza y la encuentro en ti

Perdemos un valor de las palabras que nunca debimos dejar atrás…


Me da igual. Yo seguiré con mi visión propia de la realidad. Llamadla ignorancia. Eso también me da igual. No pienso ceder ni un gramo de honestidad para convertirme en lo que son otros. No pienso dejar que por poner una virtud como nombre de calle, mañana deba despertarme como una persona que no soy.


Allá aquellos que lo hagan. Así, cuando nos crucemos, seré yo el que lleve la cabeza bien alta.



Por eso, desde las raíces del alma, subrayo el significado romántico de las palabras que nunca debimos desechar. (Íntegras, vírgenes, puras, las grito al cielo)



Buscaba confianza y la encuentro en ti

todos los días, para nosotros, algo nuevo

la mente abierta para una mirada distinta
y no importa nada más.


P.D.: La canción se la dedico a los que sí demuestran los cojones de respetar ciertos códigos…


sábado, 26 de julio de 2008

Desde lejos

Ahora que tan pronto cabes en mi mano como no puedo abarcarte con mis brazos, que huyes de mí para luego tropezarte conmigo. Ahora que te has convertido en una continua dualidad. Esperanza-Desesperación. Enfermedad-Cura. Salida-Llegada. Ahora que os puedo escuchar de nuevo. Es ahora, en fin, cuando te lo puedo decir.


Y es que en la distancia hasta mis huesos vibran con tu nombre.

Y a donde no llegan ellos, llega mi olfato de lobo hambriento.

Y a donde no llega mi olfato, mi deseo te persigue.

Y si corres más que él, ya llegarán mis sueños.

Y si no te alcanzan, usaré la imaginación.

Y si ésta se agota, vendrás tú, como haces siempre: durmiéndome, halagándome, latiendo por mí cada kilómetro que nos separa. Arrullando cada ola del mar que no alcanzamos a ver.


¿No se parece esto a los imanes, buscando siempre un norte que nunca les recibe? ¿Tendremos el desagradable deseo de querer mirar en otra dirección? Y ese mirarnos, ¿será fruto de la casualidad o del destino? A mi me recuerda más a las amistades entre veteranos de viejas guerras, forjadas a partir de caras hundidas en el mismo barro…



Te daré mis temores, que se unirán a los tuyos; mis secretos, que jamás te confesaré; mis planes de boda, tan bellos como absurdos. Te daré una cuchara, un cuchillo y un tenedor; un tirón de orejas para mañana y un beso para ayer. Y te daré, sobre todo, mis promesas, que como esta, olvidaré en la siguiente esquina.

jueves, 24 de julio de 2008

Date la vuelta

Cuando se nublaba tu vista, era yo.
En la trastienda de tus mejores sueños, era yo.
Al pensar en un futuro mejor, era yo.
Cuando recogías la miel del triunfo, era yo.
Cuando recorría un escalofrío tu espalda, era yo.
Todo lo que tú eras, era yo.
Tu último pensamiento antes de dormir, era yo.
La oportunidad de tu vida, era yo.
Cuando engañaste a todos con una mirada, era yo.
Cuando te sinceraste ante el espejo, era yo.
Si sentías una mano subiendo por tus piernas, era yo.
La sonrisa de esta mañana, era yo.

¡Grita, llora, canta, corre, miente!
¡Suspira y anhela!
¡Date la vuelta!
Soy yo.

martes, 22 de julio de 2008

Diez pares de ojos

1º Mírame. Mírate. Míranos. Ríe con felicidad.

2º Mírate. Pero mírate de verdad. Mira en tu interior. Lo que ves es bello. Te lo prometo.

3º ¿Pero te has mirado bien?. No lo creo. Mira otra vez. ¿Lo ves?, ¿ves como eres grande?

4º Mira ese tren. Cógelo si lo necesitas. Aunque nos dejes atrás, lo que es bueno para ti, lo será para nosotros.

5º Mírate. Y mira hacia abajo, hacia ellos. No te merecen. Mira hacia arriba. Mira conmigo.

6º Mírate. Ahora míranos. Y llora.

7º Míralo. Esa es la mirada que quiero. Eso es amor.

8º Atrévete a mirar, si tienes lo que hay que tener. No te prometo nada, salvo un mundo nuevo.

9º Mira el sol, mira la luna, mira el viento al pasar entre tus dedos. Mira, estás sonriendo.

10º Os miro. Os quiero y os amo. Os respeto. Y si no… mirad por aquí.

domingo, 20 de julio de 2008

Efecto rebote...

…como cuando compras compulsivamente, o dejas de beber de golpe, la acción-reacción de chocar contra tu cuerpo me produce desgarros en los sentidos. Las cuatro paredes en las que me he recluido estos días, ¿eran una cárcel o un atisbo del paraíso?. No lo sé.

Me lleno de antojos ante tu sola presencia: escenas de risas, jardines inviolables, momentos húmedos, situaciones propias de un matrimonio, el aquí y el allá resumidos en un truco de magia que dibuja tu cuerpo bajo el agua.

¡Esto es vida!. Desayunos caníbales, almuerzos empalmados con cenas y cenas inexistentes; horas, días, semanas en una cama; morbo, flaquezas, desnudos, el pulso acelerado, disertaciones, discursos ante un ordenador lleno de las huellas más buscadas.

Y entonces me miras.

Y no hay nada más allá.

No queda mundo detrás de tus ojos.

Adiós a miserias, a dudas, consejos, a voces ratoniles que señalan al rencor, a mi sombra, que espera a que vuelva a mi cuarto. Se borran de golpe días de gloria y días de espanto. Se cierran llagas, problemas y la ansiedad, la condenada ansiedad. ¿Qué es eso?, ¿mi vida antes de ti?. Joder, es verdad. Ahora que no estas, ella vuelve.

A tu lado el calor sería más humano. Esta promiscuidad es dura (y solo han pasado horas), como un delirium tremens antes de dormir.

Los síntomas son dolor, alucinaciones, soledad y espasmos de un amor que nace. El diagnóstico: síndrome de abstinencia. Y la receta eres tú, porque el tratamiento sólo me exige chocarme otra vez contigo.

Preparados, listos, ¡ya!. A seguir corriendo.

P.D.: Lo de la cárcel lo digo porque perdí el sentido de los días, porque perdí la libertad de hacerme daño a mi mismo. Hay alguien que se ha convertido en mi droga, y no me avergüenzo de seguir consumiendo mientras haya existencias.

Por cierto, Eloy, tú si que eres grande.

miércoles, 16 de julio de 2008

Hoy

Hoy será un gran día. Y todo gracias a ti.

lunes, 14 de julio de 2008

Héroes I - David Purley

Sólo participó en 11 Grandes Premios de Fórmula 1, en los que no consiguió sumar un solo punto. Sin embargo, el nombre de David Purley aún resuena como una de las grandes leyendas de la competición. Su vida estuvo repleta de experiencias donde la supervivencia se hacía impensable, incluso imposible.

Nacido en West Sussex, Inglaterra, en 1945, hijo de familia adinerada, sirvió como paracaidista de élite en Aden, tras haber salido casi ileso de un fallo en su paracaídas durante los entrenamientos.

Después del ejército, se interesa por el automovilismo a partir de 1972, participando en la Fórmula 3. Competiría con su propia escudería, LEC, patrocinada por la cadena de refrigeradores propiedad de su familia. Tras varios saltos de categorías, probando la F2 o la Fórmula 3000, retornaría en 1977 al más alto nivel para disputar el G.P. de Inglaterra, en cuyos entrenamientos sufrió un impacto contra un muro a 173 km/h, debido a que el pedal del acelerador se atascó.

El monoplaza se detuvo completamente en tan solo 66 centímetros… sin fibra de carbono, ni chasis irrompible, ni barreras de contención, Purley sobrevivió a una fuerza estimada de 179,8 G. Pese a las graves lesiones internas, múltiples fracturas e incluso a tres paradas del corazón, volvería a la carrera un año después. El LEC destrozado se conserva en el museo del circuito de Donington Park.


Sin embargo, el hecho por el cual será más recordado sucedió en el G.P. de Holanda de 1973.

Corriendo en la 13º posición, Roger Williamson, piloto de March y amigo personal de Purley, revienta un neumático en la curva más rápida del circuito, lo que provoca un vuelco del vehículo, que es arrastrado más de 200 metros, y que se incendie el combustible por el roce con el suelo.

Williamson sigue vivo y consciente tras del choque contra las barreras de protección; y David Purley, oyendo los gritos de su compañero, detiene el coche, sale de la competición y corre en su auxilio, intentando darle la vuelta el vehículo siniestrado y apagar las llamas.


Pese a su esfuerzo y el de los comisarios de carrera, mal entrenados y peor equipados, o el del público que intentó saltar a la pista, Williamson moriría asfixiado y consumido por el fuego ante la desesperación de su amigo, que le oía gritar "Por el amor de Dios, David, sácame de aquí".

Los comisarios terminaron por echarlo del lugar del accidente.


Se dice que Purley se sentó en un costado del circuito a llorar.



Años después, en 1985, él mismo moriría en un accidente deportivo, cuando interesado en la competición aérea acrobática, se estrellaría con su biplano Pitts Special frente a las costas que lo vieron nacer, en West Sussex.







-El traje de los comisarios de carrera no era ignífugo, por lo que sólo podían esperar a que llegase el camión de bomberos. Tras apagar las llamas, se limitaron a colocar un manto blanco sobre los restos del coche.

-Los espectadores que, ante la pasividad de los comisarios, intentaron saltar las vallas de seguridad y ayudar, fueron detenidos el personal de seguridad, que empleó perros.

-Muchos creyeron que Purley estaba intentando salvar su propio coche incendiado, lo que explica que la carrera continuase con total normalidad.

-David Purley sería galardonado con la George Medal, por su “acto de extremo valor”.

-Las fotografías del incidente, tomadas por Cor Mooji, obtuvieron el premio World Press Photo de ese año.




Se lo dedico a Chema, porque sé que le gustan estas historias.

sábado, 12 de julio de 2008

Podría, claro, pero no quiero

A día de hoy, podría haber 37. Pero me quedo con 36. Sí señor, así soy más feliz. De hecho, si admito a alguien más, te aseguro que no serás tú.

Hoy me encuentro como este asqueroso recuerdo…

viernes, 11 de julio de 2008

Suicida

Completando las llagas de la quemadura más profunda que jamás le habían hecho, Martín se asomó por el parapeto del puente. Era el lugar idóneo. De noche y con esa ligera lluvia nadie se daría cuenta de lo que iba a pasar. Y eso era lo que buscaba.

Bueno, no del todo, pensaba. Se quedaría sin escupirle al mundo todo aquello que hervía sus venas y machacaba sus nervios: por qué odiaba a esos compañeros de trabajo, con sus estúpidas gafas y sus comentarios inútiles; por qué no conseguía encontrar a una compañera por la que desvelarse a media noche para hacer el amor; por qué no tenía el valor suficiente para plantar cara a una familia que únicamente se dedicaba al negocio del dolor…Y, sobre todo, le quemaba el alma era saber que con 25 años aún no era nadie y, con toda seguridad, no lo sería en su vida.

Taciturno, recuerda una de las pocas cosas que aprendió en la escuela: un griego que, con su edad, venció a los bárbaros en Arbelas, conquistando medio mundo conocido. Mientras que Martín se molesta por la lluvia que cae sobre su cara, aquél griego disfrutaba de la gloria que sólo se reserva a los jóvenes. Y Martín la ansía, la necesita. Y saber que nunca la logrará le corroe por dentro.

Sin una guerra en la que luchar, sin una epidemia que diezmara a su pueblo, sin un dios en quien creer o un líder al que seguir, nada le daba una excusa para que vivir mereciera la pena: ahora tendría una cama de hospital, un empleo tan poco peligroso como banal, podría vivir con sus padres hasta que quisiese y nunca tendría que perturbarle el sueño una invasión. Estaría arropado por todos, siempre, por su familia, su gobierno, su sistema.

Entonces, si el luchar por algo ha quedado obsoleto, la chispa que enciende las pasiones de un espíritu joven y libre se apaga en su interior y las ganas de vivir se consumen en una continua agonía. Atormentado por estos sentimientos, se aferra al metal de la baranda mientras se pregunta si le queda algo por lo que seguir respirando.

En unos de sus habituales arrebatos, demasiado habituales en esos días, se cansa de pensar y, sin volver a dudar, se sube al parapeto.

Allí, de pie sobre la oscuridad, sobre sus emociones. De pie, en fin, ante el mundo, muestra sus dientes al cielo en una risa fatal y cruel. Y el cielo se la devuelve en forma de gotas, que el viento le lanza como un niño lanza bolas de nieve, en su pecho y en su cara, arrebatándole el aire. Se gira de espaldas a la caída.

Antes de terminar y desaparecer de la vista del puente, como la exhalación de un animal pequeño, se despide levantándole el dedo corazón al taxista detenido en el semáforo, único testigo de sus momentos finales. Era su cobarde forma de joder a todo el planeta.

Luego, se deja caer a las negras aguas del río. Era un gesto absurdo y patético, por lo que lo último que pensó, antes de reunirse con su creador, fue si aquel autor compasivo que conoció en un bar, habría escrito un final mejor para una vida igual de absurda y patética.

miércoles, 9 de julio de 2008

Seguir corriendo

Ayer cometí la mayor falta, la mayor atrocidad, el mayor daño, el mayor viaje a la destrucción. Ayer cometí el pecado de no ser feliz.

Hoy estoy harto de huir, harto de ser perseguido… se acabó. Estoy cansado de desplazaros medio metro más para allá, donde no os alcancen mis brazos, donde la nube oscura que me rodea me impida veros.

Mañana será otro día. Espero que luminoso y fértil, como los campos que vi desde aquél autobús rumbo a Madrid. Como los ojos que han dejado de verme con compasión para empezar a verme con esperanza.


Me voy con los que me demuestran cosas. Con los que hacen, antes de decir. Me voy, a seguir corriendo. Pero hacia los brazos que me necesitan, que me llaman, que cuentan conmigo.

Ayer ya no existe. Hoy arderá todo. Mañana… ya os contaré.

lunes, 7 de julio de 2008

Porque no te dejaré

Él, tan triste que no recoge ni los frutos que la vida le da, tan patético que no ve la felicidad a cinco pasos, y tan estúpido que no valdría ni para ser llevado en el bolso de una adolescente. Un actor de segunda fila, un quiero y no puedo.

“¡Si sufro hasta en tus sueños!, si sólo soy la sombra

de un hombre que nunca fui”

Ella, aún siendo más joven, es más valiosa, más tenaz, tienes más recursos y el valor de aclarar las cosas. Y, sin embargo, decidió un día sentarse junto a él, una copia barata de malo sentimental, en una peli de cine de verano.

Se sentó a su lado, en un banco destinado a los sin-futuro. En un parque sin sol al atardecer se convirtió en la única que puso los ojos sobre su cuerpo maltrecho, para darle lo que ni sus mejores amigos pueden darle: el derecho (ganado) a poner una bandera en la tierra más inhóspita que cualquier mujer haya probado.

“Erguirse en una montaña de envidia y restos de

hogueras de amor no es nada fácil.

Y lo haces todos los días.”

Juntos vimos el lago oscuro, el que está creado con unas aguas tan saturadas de dolor, que no dejan ver el fondo. Cualquier otra persona me habría clavado una lanza en el pecho para ver si aún seguía con vida. Tú, en cambio, decidiste bajarme de esta cruz, sanar mis heridas, acabar con esta tortura autoimpuesta que aún camina milagrosamente, que escribe para ti y por ti… Te has convertido en refugio, en escudo y armadura, en sombra para el calor y en fuente para la sed.

¿Y ahora soy lo que siempre has necesitado?. No. No me lo arrebatarás. No me quitarás el sentimiento de deberte algo. El que tiene que decir GRACIAS en las letras más grandes soy yo. El que esculpirá tu rostro en las rocas más duras soy yo.

Apareciste en mi vida como los que se conocen en la única gasolinera de la carretera más solitaria. Ahora que compartimos destino y equipaje, ahora que eres amiga y amante, no me eleves por encima de ti. Sencillamente, porque no puedes; sencillamente, porque no te dejaré…

sábado, 5 de julio de 2008

Y aqui sigo

Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?,
piadoso me has respondido;
pues volviendo en mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.

Y por si acaso mis penas
pueden aliviarte en parte,
óyelas atento, y toma
las que dellas me sobraren.
Yo soy...

Calderón de la Barca

Esto va por todas las piedras preciosas que voy encontrando a medida que voy cavando hacia arriba, para salir del pozo. Cada uno sabe a quién me refiero, y si no, ya me encargo yo de que se den cuenta, je je je.

Pero, especialmente, a William, al que hacía mil que no veía; a Vic, por estar en mi vida; a María, por confiarme secretos; y a esa persona que ayer me vertió en el oído una miel que no oía desde hace siglos, aquella miel que saborean los enamorados, que pertenece a los jóvenes y que mis despojos envidiarán: mañana, o pasado mañana, te escribiré otra de las mías, o quizás te recite a un Espronceda victorioso. No sé ya cómo expresarlo.

Por lo pronto, a día de hoy sigo aquí, mejor que ayer…

jueves, 3 de julio de 2008

Don't trust them

A partir de hoy me aplicaré un consejo que encontré en el infierno de Económicas


martes, 1 de julio de 2008

Allí estaremos

¡Sí!. Allí, mañana, pasado mañana, en el futuro, más cerca de lo que crees. Allí nos veremos. Allí, donde sonrías desde dentro, donde ansías llegar, donde los tuyos esperan para verte feliz. Sí, pese a las dudas o el llanto, estaremos allí, aquel punto a donde miramos ahora, donde nos mirarán todos esos que sobran, los que no merecen la pena.

¡Sí!, allí, detrás de ese muro de imbéciles y malnacidos, nos encontraremos. De hecho, aún no sé si tienes necesidad de saber o, como a mí, es el entorno el que te obliga a mirar a aquellos a los que no deseas ver. Tampoco sé que grado de paciencia tendrás para aguantar a tanto capullo, entrometido, a esas visitas indeseables de un pasado que tratas de dejar atrás. Son muchas espinas abrazando nuestras vidas. Son, en fin, las patadas en el estómago que nos dan a cambio de seguir respirando.

Intuyo que superar estas cosas será difícil… y va a doler mucho. Pero peores personas que nosotros lo han conseguido, ¿no?. Esto es como en los viejos ejércitos:

¡Adelante!

¡En la línea!

¡Aguantad!, ¡con valor!

¡Avanzad!

Y así se ganaban todas las batallas, luchando, apretando las manos, tragando amarguras, siendo más rápidos que ellos y, sobre todo, guardando, en lo más hondo, la esperanza de llegar. Yo la tengo para ti, lo veo en tu esfuerzo y en tu sensatez, en tu capacidad de atravesar a los demás, de ver cómo son, de reírte de ellos, de llorar con ellos, de callarte y observar.

Pensamos en el futuro de la misma manera, como un ser oscuro, denso y lo bastante jodido como para no querer caminar hacia él. Sin embargo, yo he logrado encontrar a gente con la que merece compartir ese camino que ahora construimos. Una de ellas has sido tú. Me has demostrado que cuentas conmigo, te seguiré demostrando que cuento contigo.

Allí estaremos, claro que sí. En la vanguardia, entre los primeros al cruzar la meta, entre los primeros al reírnos de todo esto. ¿Y los demás?. Sólo perdedores, ya lo verás. Allí estaremos…