En unos días pondré un post sobre la fiesta de la primavera del viernes pasado, donde, por cierto, me gustaría dejar mucho atrás (bueno y malo). Pero en estos condenados días, en los que no salgo de una para meterme en otra y en los que corazón y cabeza miran hacia sitios distintos, me contento con mostrarte esta pequeña joyita que no me canso de escuchar.
Qué bueno es poder descubrir cosas tan bellas en esas carpetas de música que nunca abrimos porque creemos que no merecen la pena.
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