lunes, 10 de marzo de 2008

Quo fas et gloria ducunt

Esos son los peores momentos.

Envidio a los que tienen los nudillos lisos y las muñecas intactas, porque yo ya estoy harto de golpear las paredes de mi casa y de abrirme las venas.

Joder, que mueran Amaral, Damien, Fito, Johnny, Connie, y tantos otros que ahora aparecen, cuando más los odiaría.

El dolor es tan intenso que se hace físico: el corazón te late en las sienes y una fila de enanos tiran de la lengua hacia abajo. Una bola de pesado acero, caliente hasta quemar, te orada el estómago y hace que el cerebro se sature. Mil agujas se clavan tras los ojos.

Es cuando el deseo, la impotencia, la rabia, la vergüenza, el rencor, la asfixia, la culpa, todo se te sienta en la cara y te roba el aire hasta el punto en que pierdes las ganas de respirar.


A veces pienso que no necesito esto. Pienso también que no me lo merezco. Incluso pienso si la culpa será mía. Pero lo que es seguro es que daría un brazo por un minuto sin pensar, sin recordar, porque me duele el alma y me duele el cuerpo. Hasta puntos a los que no he llegado en mi vida y que no se si podré soportar. Y últimamente mis válvulas de escape son escasas.

Y quiero refugiarme en aquellos momentos, en aquellos gestos que hacen que todo esto merezca la pena. Cuando el amigo más sensato que conozco se me acerca y me dice “estamos aquí, y lo sabes”. Cuando otro me mira a los ojos y dice “ven aquí, vamos a comer al parque”. Cuando una mujer que hace siete años que no veo me impresiona con un “…kitate del estado lo de "hundido" y la foto de devuelvemelo como te lo entregue!! Tu con la cabeza bien alta y animate, q no es el fin dl mundo!! (…) Tu piensa que hay historias mas tristes q la tuya seguro!!” [Me causaste admiración y ojala tengas la oportunidad de leer esto, amiga]

¿Por qué hay gente que tiene derecho a borrar del mundo los sueños, las ilusiones y las esperanzas que tanto trabajo te han costado construir? ¿Por qué tirar todo aquello que llena tu vida, que no puedes despegarte de la piel si no es arrancándotela? ¿Por qué sufrir?

En estas noches las pesadillas me hacen dormir muy poco y comer menos, ya que es lo último en que pienso antes de cerrar los ojos y lo primero que acude a mi mente cuando me despego de la cama.

¡Formas parte de todos los aspectos de mi vida, de todo lo que soy, de todo lo que quiero llegar a ser! ¿Y ahora quieres alejarte sin darme una explicación? Te arrancas de mi vida, pero ¿para qué?

Por favor, dime algo.

No quiero… desearía no… y poder… no, no lo sé. No me echéis cuenta, por favor. Olvidadlo todo. Como a los delirios de un loco, como a las jugadas que te hace la mente en noches como esta. Olvidaos de lo que habéis leído.

[Si tan solo pudiera regresar a donde la gloria y el deber lideran…]

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