jueves, 1 de mayo de 2008

Al otro lado del charco

Casualmente son estos momentos de dudas, de frío, de sentimientos no controlados, de querer arrancar las hojas de tus libros favoritos para tener algo que hacer, en vez de meter la pata y llamar a esa persona por la que antes habrías parado las balas...

No sé si sentirme orgulloso de conocer el grado de dolor al que te somete la soledad, pero lo que sí sé, es que permite hallar una verborrea que antes desconocías de ti mismo: la que proviene de las tripas, no del corazón. La que sube por la garganta como las olas del día de San José, con el ímpetu de las bestias. La que te hunde una moneda ardiendo en el centro del estómago.

Creo haber visto esos mismos rasgos entre tus palabras, y uno de los milagros de Internet es compartir más allá de las paredes de una habitación. Gracias por describir las emociones que sólo tú recoges de tus últimas pesadillas, porque tengo la certeza de haberlas visto entre las mías…

Un saludo desde el otro lado del charco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, muchas gracias por este post... me halaga que te haya gustado mi blog, gracias por visitarlo sinceramente pense que nadie lo leia.

Para mi pesar por razones ajenas a mi he tenido que borrar mi blog... pero voy a abrir uno nuevo y te pase la direccion en cuanto este listo.

Saludos!

Soledad Burgos dijo...

para la soledad...escribe Soledad

Maaya dijo...

Hola aqui esta la nueva direccion de mi blog: http://nagai-yume.blogspot.com/

Si decidieras linkearme te pediria que lo hicieras como Yumerando, gracias!